30 marzo 2006

promoviendo la fachada continua

Esto es un concenso. No es que me pase a mi sino a muchos. Por una de esas "casualidades" de la vida, casi siempre resulta ser que en Santiago, los barrios con más carácter, onda, estilo y vitalidad, son aquellos que se configuran espacialmente a través de la fachada continua.
Los infaltables ejemplos:
-Lastarria
-El Barrio Brasil
-Bellavista
-Paris-Londres
El asunto va si duda más allá de la centralidad dentro de la ciudad misma. Es cosa de moverse fuera de la capital y encontrarse con pueblos o localidades rurales como El Cajón del Maipo o El Monte, que son lugares con estas mismas cualidades espaciales presentan las virtudes similares.

Entonces, qué es lo que hace tan atractivos estos lugares?
(aquí viene toda la especulación propia)

1. La fachada continua determina un orden de fácil lectura cuando uno observa la ciudad desde la calle. Es un trazado de cancha que le da coherencia a la calle misma, sin embargo da la libertad para poder jugar con alturas (no al chancho, claro), colores, ritmos, texturas.

2. Es un claro límite que separa el interior del exterior, pero no necesariamente lo público de lo privado. En muchísimos casos se ha dado la sabia desición de colocar equipamiento a nivel del zócalo. En verdad esto es lógico, en particular cuando la ciudad se ha comenzado a densificar: ¿a quién le gustaría que su casa -o más bien su pieza- tenga una ventana que de directamente a la calle, pública, y a nivel peatonal? Por eso es obvio que el uso residencial se debe levantar, y colocarse a partir del segundo piso. Si se libera el primer nivel para el uso privado, qué mejor opción que colocar equipamiento (la panadería, el almacén, la carnicería, la peluquería, el bazar, etc. etc), que sirva a todos los vecinos y vitalice el barrio? Así potenciamos el roce social, la posibilidad de encuentro y hacer de la vida en la ciudad un rito ameno.

2 COMENTARIOS:

Anonymous Anónimo comenta...

Hola
Llegué aqui por casualidad.
Me encanta la fachada continua, y efectivamente no sé por qué. Las razones que das me parecen convincentes; sobre todo yo insistiría en el tema de la coherencia. Creo que la fachada continua contribuye a configurar la identidad del barrio, por una parte, estableciendo un criterio de igualdad (nadie se sale de la regla). Tú relativizas un poco el tema de la altura, pero yo creo que es sino esencial, super importante. La coherencia, es decir la identidad del barrio y la belleza de la simetría lo puedes conseguir también sin fachada continua: mira Boloña o Génova (o la rue de Rivoli en París), en que las arcadas (o sea, es justamente la fachada lo que cambia) dan la nota, pero siempre sin que nadie exceda en demasía de una altura razonablemente uniforme. El centro de Santiago, donde tienes fachada continua pero tantos estilos y alturas como se les ha ocurrido, no consigue en cambio dotar de una identidad precisa a esa área de la ciudad.
Además la fachada continua facilita las perspectivas monumentales, que también contrinuyen a generar identidad de un sitio.
El aspecto comercial es razonable si tienes varios pisos, en ciudades ya más avanzadas. Pero Chanco por ejemplo, donde tienes fachada continua (¿o no?) son puras casitas de un piso o dos, en que el comercio se alterna con la vivienda.
La fachada marca un límite. No necesariamente entre lo público y lo privado. Es el límite de la calle. En el fondo, la fachada continua no le da solo identidad al edificio o el conjunto de edificios, sino a la calle misma, es decir a la propiedad pública.
Bye
JM

mayo 30, 2006 11:38 a. m.  
Anonymous Anónimo comenta...

Así es. Hay quienes se han encargado de pulverizar la ciudad. Argumentando que la manzana debe mezclarse con el espacio público. No se sabe aún con qué propósito. Hay quienes han querido "negar" lo que la historia enseña. Pensando que lo nuevo es siempre mejor. Transgredir es siempre el camino. Esa ingenua filosofía que cree frívolamente en que hay que empezar de "cero", en todo. Que si algo es blanco ahora debe ser negro. Simplemente por imponer el antagonismo irreflexivamente. ¿Y ahora qué?. Tienes una ciudad fragmentada. Una ciudad sin intensidad. Una aglomeración que se acerca más a la idea de caserío y que se aleja de la idea de ciudad. La cultura del desorden. De lo primario. La vuelta atrás.

Felicitaciones por ser tan observador. Por notar y percibir lo evidente. Y por el buen sentido común. Y que los “urbanistas” chilenos no se llenen la boca con discursillos pedantes. Veremos si, al menos, tienen el valor de preguntarse; ¿Qué ciudad han permitido?

octubre 08, 2009 3:59 a. m.  

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